Abstract:
A través de la historia, el hombre ha hecho uso de las imágenes para la expresión y comprensión de su realidad. Ya sea, desde el hombre de cromañón con los pictogramas, como el hombre contemporáneo y los diversos signos y símbolos que emplea e interpreta.
Asimismo, las señales visuales no solamente están en el entorno externo del ser humano, sino también son un aspecto propio de todos los seres vivos, de las cuales se valen para comunicarse. Como lo menciona Rulicki y Cherny (2012) el niño que aún no ha desarrollado el habla articulado, su herramienta comunicativa son los gestos, el llanto, extender los brazos al desear algo, etc… A medida que crece, desarrolla y fortalece la capacidad del habla y la escucha, dejando de lado el uso e interpretación consiente de expresiones no verbales.
El padre o madre de un niño que se encuentra en su primera etapa es un ser apto para reconocer qué desea su hijo, qué le inquieta o molesta, pero ¿se hace este proceso conscientemente con otras personas que ya hacen uso del lenguaje verbal? Muchas veces lo oral no es congruente con los signos no verbales, sin embrago no se analizan conscientemente estos aspectos.
Este mismo efecto está presente constantemente en el aula, ya que el proceso educativo, referente a la educación formal, es una interacción basada en el espacio, el tiempo y la permanencia de dos o más individuos y la comunicación se desarrolla en la inmediatez. Por lo tanto, entra en juego más que solo actos comunicativos verbales, se presentan también acciones, reacciones, inconformidades, gustos, intereses, desintereses, motivaciones, emociones, entre otras, que se expresan sin si quiera decir una palabra o hacer uso de alguna interjección.
