Abstract:
El país asiste a un proceso de reincorporación de un grupo de excombatientes de FARCEP (con un enfoque esencialmente político, territorial y colectivo), que hoy día enfrenta
múltiples desafíos, entre los que se destacan, no sólo la seguridad jurídica y física de las
personas que dejaron las armas, sino, lograr la reintegración económica, vencer la
estigmatización que existe sobre esta población y restablecer los vínculos de confianza. A pesar
de los esfuerzos, los meses transcurridos una vez firmado el acuerdo de paz evidencian que
atravesamos lo que Alejandro Castillejo (2017) denomina un “periodo de transición”, en donde
se empiezan a complejizar las miradas dicotómicas de la realidad: bueno-malo, legal -ilegal, y la
sociedad y los excombatientes, empiezan lentamente a desaprender prácticas violentas y a
cuestionar muchas de las “verdades” que hasta hace poco se consideraban irrefutables, como
la creencia de un enemigo al que se debe odiar y contra el que se debe luchar.
Correlativo a ello me pregunto en la presente investigación, ¿Qué y/ó quiénes representan los
amigos y enemigos para un grupo de jóvenes excombatientes FARC de Caquetá en su proceso
de reincorporación a la vida civil? Para responder este interrogante utilizo como estrategia
metodológica las representaciones sociales pues estas “posibilitan el reconocimiento de los
marcos interpretativos sobre las realidades y constituyen un marco cognoscitivo estable y
orientador de los juicios, percepciones y acciones, que son compartidas por el lenguaje y usadas
por grupos sociales concretos” (Pinzón, 2017, p.2).