El hombre que aparentemente lo tiene todo, el dinero, el éxito, el poder, descubre que buena parte de su vida es frívola y que hay un camino paa encontrar el espíritu y a través de él ayudar a sus semejantes.
Con gracia y humor, el autor nos recrea la frase que Jesús expresa en el evangelio de Mateo: "es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al Reino de los Cielos".
Parte de la vida del hombre se va en buscar la felicidad y la busca en los lugares más extráños y lejanos: en los objetos, en el dinero, en lo material, cuando en realidad, la felicidad reside en el interior del ser humano.
Una joven monja ve frustada su misión de entrega y caridad cuando descubre que el colegio de religiosas donde trabaja se ha vuelto en un negocio que no se compadece con los sacrificados padres de familia.
Llegó la hora de la verdad, la hora de la conciencia. El remordimiento se apodera de la gente y el medio va creciendo en la medida que se acerca a la hora final de la existencia.
Este es un cuanto de fe. Para el autor, Cristo es la beta de oro que busca el minero, y no importa qe su vida se vaya en la búsqueda al final, la constancia le entregará el premio, la luz, el brillo eterno.
Este cuento es el reflejo del egoísmo que se va construyendo a partir de la idea individualista de "tener". La acumulación se convierte en soberbia, de compartir con aquellos que tienen necesidades. Y, por supuesto, no se ...
La luz eterna es el premio a un alma pura y angelical, pero su paso por la muerte es inevitable. La muerte es sólo un camino y así lo entiende la madre de este niño inocente.
El diablo está enojado y preocupado. El autor nos dibuja el infierno candente y al diablo de rabo y cachos paseándose por su terraza. Es una manera de burlarse del mal y monstrar su fe en los grupos carismáticos.