Abstract:
Hablar de trabajo comunitario implica hablar de sacrificio y compromiso.
Involucrarse en trabajos barriales, sectoriales o comunales exige de una
vocación mística, casi innata. A no todos nos gusta embarrarnos, aguantar
hambre, emprender grandes caminatas, mojarnos por culpa de la lluvia, sufrir
intentos de atraco, ser estigmatizados y señalados por nuestra labor, etc.
Pues bien, estas y otras situaciones se presentan cuando comprendemos que
hay otros en el mundo que requieren de nosotros y decidimos acudir a ese
llamado de solidaridad.
Pero también se presentan situaciones en donde nosotros hacemos parte de
esos “otros” y, de pronto, se nos aparece la virgen y nos ofrecen un trabajo
remunerado, con el fin de trabajar en proyectos o programas sociales
gubernamentales. Claro, como somos parte de los “otros”, eso hace que
aceptemos el trabajo, sin reflexionar si estamos preparados para enfrentarnos
a situaciones desconocidas y, lo que es peor, a seres humanos.