Bogotá es una ciudad que presenta una alta oferta de disfrute nocturno por su diversidad de
escenarios que suelen estar enfocados al consumo, particularmente de alcohol y otras sustancias. El
entorno de la fiesta también suele ser habitado por mujeres que experimentan experiencias,
percepciones y violencias en un territorio que ha sido mayormente habitado por los hombres; el cual
contiene una carga de significados alrededor de los temores, precauciones y silencios alrededor de lo
que vive una mujer en la noche de fiesta, producto derivado por la normalización y justificación de actos
violentos por medio del discurso patriarcal de la cultura colombiana. Además, la noción positiva
alrededor del consumo puede obstaculizar el reconocimiento y responsabilidad colectiva, lo que lleva a
la necesidad de escuchar las historias de las mujeres que habitan el disfrute nocturno en Chicó Largo,
Chapinero, Candelaria y Modelia, por medio del relato con el fin de visibilizar sus mundos nocturnos
Bogotá is a city that offers a wide range of nightlife options due to its diversity of venues, which
often prioritize consumption, particularly of alcohol and other substances. The party environment is also
frequently inhabited by women who experience different perceptions, experiences, and types of
violence in a territory that has been predominantly inhabited by men. This environment carries a weight
of meanings around fears, precautions, and silence regarding what a woman experiences during a night
of partying, which is a product of the normalization and justification of violent acts through the
patriarchal discourse of Colombian culture. Additionally, the positive notion around consumption can
obstruct collective recognition and responsibility, leading to the need to listen to the stories of women
who inhabit the nightlife of Chicó Largo, Chapinero, Candelaria, and Modelia through their narratives in
order to make their nocturnal worlds visible