Abstract:
El ritmo de crecimiento económico que hoy vivimos ha construido una relación con el
medio ambiente devastadora, cada año aumenta la demanda de servicios, recursos y materiales
que satisfacen nuestras necesidades dentro y fuera del hogar sin que se considere que estos
recursos son finitos. Este fenómeno ha llevado a que países como Colombia haya optado por una
reprimarización de su economía donde la venta de artículos de necesidad primaria abarque el
84% del total de sus exportaciones, siendo el café verde, petróleo, ferroníquel y carbón los que
apuntalan el sector. Esto ha significado una pérdida de recursos ambientales y una grave
afectación a la sostenibilidad ambiental, que con el transcurso de los años se concretiza en la
relación directa entre el ingreso de capital extranjero en inversiones para esta actividad
económica y el crecimiento de los conflictos ambientales. (Pérez Rincón, 2014, p. 13).
La sostenibilidad ambiental contempla una compleja red de fenómenos con una variedad
de relaciones que contemplan la sustentabilidad, ejemplo de ello es “la supervivencia de millones
de especies vivas en el planeta, así como también la desaparición de otras, y su relación con los
ecosistemas de la naturaleza y de éstos con la sociedad.” (Zarta, 2018, p. 12). Uno de los
elementos fundamentales en los ecosistemas naturales es el agua, y es uno de los recursos más
afectados al que le siguen la biodiversidad, el suelo y el aire.